1-
Ejercicio terapéutico.
El ejercicio terapéutico
es "la prescripción de
movimiento corporal para
corregir un deterioro,
mejorar la función
musculoesquelética o
mantener un estado de
bienestar...".
El ejercicio terapéutico
se indicará para
músculos específicos de
partes del cuerpo, a
actividades energéticas
y generales empleadas
para restaurar a un
enfermo convaleciente al
máximo de su condición
física. La prescripción
del ejercicio
terapéutico variará
según el propósito de su
utilización.
2- Historia del
empleo del ejercicio
físico terapéutico.
La utilización y
aplicación del ejercicio
físico como medio
terapéutico data de
a.n.e.. Muchos médicos
en épocas pasadas
recetaban como
medicamento determinadas
actividades físicas y
obtenían resultados
positivos con este tipo
de tratamiento. China
fue el primer país, 2000
años a.n.e., que utilizó
los ejercicios
físicos como un
medio para formar
ciudadanos sanos, a la
vez que para prolongar
la vida mediante lo que
algunos han considerado
una especie de "Gimnasia
Médica", que concedía
preferente atención a
los ejercicios
respiratorios y a los
movimientos de flexión y
extensión de piernas y
brazo.
En los Vedas, libros
sagrados indios, 1800
años a.n.e., se describe
la importancia de la
enseñanza de los
ejercicios pasivos y
activos, así como de los
ejercicios respiratorios
y el masaje, en la
curación de diferentes
enfermedades. El médico Galeno, 130-200 a.n.e., fue muy conocido por sus trabajos
en esta esfera,
empleando la experiencia
de los griegos en la
aplicación de la
Gimnasia Terapéutica y
la Terapia Ocupacional.
Dando un salto en la
historia, encontramos
que en los siglos
XV-XVIII, en pleno
inicio del movimiento
renacentista,
correspondió a
Hyerónimos Mercurialis,
famoso médico del
Emperador de Austria
publicó
en 1573 el libro
" El arte de
la Gimnasia ",
obra provista de una
gran documentación y
base científica, donde
hace observaciones
exactas al ejercicio y
sus efectos, sus
ventajas e
inconvenientes cuando no
se le dosifica
convenientemente.
En el siglo XIX
aparecen nuevos trabajos
acerca de la
importancia terapéutica
de los ejercicios
físicos. A principios
del siglo XIX fueron
muchos los impulsores de
la práctica de los
ejercicios físicos como
medio de educación y
salud, donde también se
incluyeron aquellos
con fines terapéuticos.
Entre ellos se
destacan, en Alemania,
Johan Friederic
Guthmuths, Ludwing Jahn
y Adolfo Spiess, en
Francia, Pokhion Clias,
George Hebert y
Francisco Amorós.
Escandinavia fue otra
región europea donde
hubo impulsores de los
ejercicios físicos con
fines terapéuticos,
entre otros, se
destacan, los daneses
Franz Nachtegall, Niels
Buk y los suecos Per
Henry Ling y su hijo
Hjalmar Ling, quienes se
interesaron por las
posibilidades curativas
de la gimnasia.
En Estados Unidos el
desarrollo de la
actividad física con
fines terapéuticos, está
muy ligada con la
amalgama de culturas
que formaron esa nación,
producto de la gran
inmigración que arribó
desde todas partes del
mundo.
Así, se vio
influenciada por la
introducción de la
Gimnasia Alemana(1824) y
la Sueca(1850), donde la
obra de Ling se divulgó
ampliamente en su rama
médica u ortopédica,
mientras que en el caso
del noruego Nissen
daban especial atención
al masaje.
En Cuba alrededor de
1948, la Gimnasia Sueca
y el Sistema Danés
tuvieron innumerables
partidarios, pero no fue
hasta 1959, con el
Triunfo de la
Revolución, que comenzó
realmente el empleo del
ejercicio físico con
fines terapéuticos. En
la
actualidad, Cuba
desarrolla novedosas
técnicas y
procedimientos
terapéuticos mediante el
uso de ejercicios
físicos y otros métodos
de Medicina Física y
Rehabilitación, para
tratar patologías de
diferente estirpe y sus
secuelas, con los cuales
han obtenido
resultados alentadores.
El desarrollo de esta
forma de terapia,
se ha expandido en todo
el mundo, por lo que
actualmente existe
gran
cantidad de
hospitales
especializados que
utilizan el ejercicio
físico como complemento
del tratamiento
farmacológico y/o
quirúrgico de
determinadas
enfermedades, así como,
innumerables personas
que se han capacitado y
especializado en
tratamientos de
rehabilitación y laboran
en instituciones o en
la atención comunitaria
(hogar), y emplean
también los ejercicios
físicos como parte
esencial de la terapia
física que desarrollan.
3-
Fundamentación
fisiológica del empleo
del ejercicio físico en
lesiones del sn.
Las posibilidades de
regeneración del sistema
nervioso han constituido
un objeto esencial de
estudio por los
neurocientíficos de
diversos países del
mundo, se mantienen
vigentes las
motivaciones generadoras
de innumerables caminos
investigativos que en la
actualidad convergen en
un nuevo campo; la
restauración
neurológica.
Según los criterios
ofrecidos por Lincht, la
rehabilitación de los
pacientes con afecciones
neurológicas se define
como un conjunto de
tratamientos mediante el
cual una persona
incapacitada se coloca
mental, física,
ocupacional y
laboralmente en
condiciones de
desenvolverse lo más
normal posible en su
medio social. Su
aplicación abarca un
campo muy amplio que
comprende tanto la
atención médica
especializada, como la
terapia psicológica,
ocupacional y la
rehabilitación
neurológica.
De hecho, todo individuo
con una afección
neurológica aspira a su
rehabilitación, lo que
en muchos de los casos
lo logra con tratamiento
médico y en otros
requiere de los
procedimientos técnicos
especializados de otras
ramas de las ciencias
afines a la medicina
como es el caso de la
rehabilitación
neurológica.
Dentro de los medios que
emplea la rehabilitación
neurológica como
estimulador esencial de
las funciones vitales
del organismo, en la
curación de enfermedades
y lesiones, en la
profilaxis de sus
agudizaciones y
complicaciones, así como
para la recuperación de
la capacidad de trabajo,
es el ejercicio físico.
Se ha podido comprobar
que el ejercicio físico
contribuye a mejorar la
calidad de vida de los
pacientes debido a que
en los mismos existe
algún potencial
desaprovechado en la
actividad física que le
permite al S.N.
sustituir la función de
determinadas neuronas
por otras a expensa de
los mecanismos de
neuroplasticidad.
Una recuperación
significativa de la
función es posible
seguidamente después del
daño cerebral, y los
pacientes recuperan más
con la rehabilitación
que sin ella. Para la
obtención de la máxima
funcionalidad es
imprescindible la
rehabilitación física,
terapia medicamentosa y
las intervenciones
psicosociales.
En la actualidad estos
servicios deben comenzar
tan pronto como sea
posible después del daño
neural. La
rehabilitación
constituye un incentivo
para los pacientes que
al incorporarse después
de un tiempo de
inactividad, e ir,
recuperando determinadas
habilidades se sienten
motivados y cada vez más
comprometidos a obtener
mejores resultados y una
mayor independencia.
Ya actualmente es
reconocido mundialmente
al considerarse como un
método de terapia
funcional que actúa
sobre los tejidos,
órganos y sistemas del
organismo con
variaciones patológicas.
Los ejercicios físicos
influyen en el grado de
reacción de todo el
organismo e incorporan a
la reacción general los
mecanismos que
participaban en el
proceso patológico.
Los ejercicios físicos
aplicados en las
afecciones del sistema
nervioso ejercen una
acción multilateral
sobre el organismo a
través de sus mecanismos
nerviosos y humorales,
de los cuales el primero
es el básico pues no
solo determina la
reacción de todo el
organismo sino que
también condiciona la
conducta del hombre en
el proceso de la
ejecución de los
ejercicios físicos. El
sistema nervioso
responde activamente
ante los ejercicios
físicos (desde las
células de la corteza
hasta el receptor
periférico)
condicionando la
reacción general del
organismo. Al ejecutar
los ejercicios físicos
en los tejidos
musculares se forman
sustancias de origen
proteico que al
incorporarse a la sangre
ejercen una acción
estimulante sobre los
distintos órganos y
sistemas.
En descripciones
medico-científicas se ha
demostrado que la sola
idea psicomotora de una
actividad física
ocasiona avances en las
funciones de los
principales órganos y
sistemas. De aquí se
deduce que la percepción
psicógena o ideomotora
de una carga física
provoca en el organismo
del enfermo una reacción
de ajuste en la cual el
eslabón principal es la
regulación
neuropsicológica de los
procesos fisiológicos.
En los traumas y
afecciones del sistema
nervioso se observan
trastornos psíquicos que
consisten en un estado
de inhibición, que la
ejecución volitiva
consciente de los
ejercicios físicos dados
logra reducir
propiciando además su
anulación condicionado
por el incremento de la
excitabilidad del
sistema nervioso que se
analiza por algunos
fisiólogos como un
fenómeno de regulación,
contribuyendo a la
creación de las mejores
condiciones tanto para
el surgimiento como para
la conducción de la
excitación.
En los músculos,
articulaciones,
tendones, piel y otros
órganos y sistemas en el
momento de la ejecución
de los ejercicios
físicos se manifiestan
impulsos aferentes que
influyen en el carácter
y dirección de los
flujos de la excitación
originadas en el cerebro
y que a su vez modulan
el desarrollo de las
funciones motoras
alteradas con lo cual se
logran la estimulación
de los centros motores
correspondientes.
En las afecciones del
sistema nervioso el
desarrollo del
movimiento activo se
logra por medio de la
superación gradual de
las discinesias, gracias
al entrenamiento de los
mecanismos conservados,
la automatización de los
movimientos así como la
adquisición de nuevos
reflejos condicionados.
El enriquecimiento de
las actividades reflejas
condicionadas del
paciente, bajo la acción
de los ejercicios
físicos, se analizan
teniendo en cuenta que
todo movimiento repetido
varias veces se hace
dominante y esta
propiedad se
intensifica, incluso,
por las excitaciones
adicionales secundarias.
En el mecanismo de la
reorganización de la
función también se
incluyen el desarrollo
de los movimientos
suplementarios, por lo
que los ejercicios
físicos contribuyen a
intensificar la
reestructuración
funcional de todas las
estructuras del sistema
nervioso y ejercen una
acción estimulante sobre
las vías aferentes como
las eferentes. Por ello
la introducción activa
del enfermo en el
proceso consciente y
dosificado sirve de
potente estimulador para
la intensificación de
diferentes interacciones
reflejas (miocorticales,
corticoviscerales,
cortivasculares).
La recuperación de las
funciones alteradas con
ayuda de los ejercicios
físicos representa un
sistema educativo
terapéutico que
establece la
participación consciente
y activa del enfermo en
el complejo proceso del
ejercicio, de esta
manera la base del
mecanismo de acción de
los ejercicios físicos
es la influencia de los
movimientos sobre todas
las estructuras del
sistema nervioso.
No es posible considerar
el tratamiento como algo
que puede hacerse solo
durante 1/2 hora o en
unas pocas sesiones. El
sistema nervioso
responde al trabajo
sistematizado y no a
terapéuticas
esporádicas. El proceso
de rehabilitación física
se basará, en la
sistematicidad, la
progresividad y la
intensidad de cada
sesión. Irá dirigida a
cuestiones específicas,
para intentar activar
los diferentes órganos y
sistemas del organismo.
Esto permite explotar
sus recursos
morfofuncionales a
través del ejercicio
físico y los factores
ambientales, naturales o
artificiales, que en
muchos tratamientos
generan potentes efectos
sobre el organismo
humano, superiores, en
algunos casos, a
determinados fármacos.
4-
Beneficios del ejercicio
físico.
-
Le da más energía y
capacidad de trabajo
-
Restaura funciones
nerviosas
-
Aumenta la vitalidad
-
Ayuda a combatir el
estrés
-
Mejora la Imagen que
usted tiene de sí
mismo
-
Incrementa la
resistencia a la
fatiga
-
Ayuda a combatir la
ansiedad y la
depresión
-
Mejora el tono de
sus músculos
-
Ayuda a relajarse y
estar menos tenso
-
Quema calorías,
ayudándole a perder
su peso de más o a
mantenerse en su
peso ideal.
-
Mejora el sueño.
5.
El
ejercicio físico en el
discapacitado.
Hacer ejercicios
regularmente es
beneficioso para todo el
mundo, pero para las
personas con
incapacidades físicas
puede significar la
diferencia entre valerse
por sí mismas o depender
de otros para sus
movimientos.
Hacer ejercicios
regularmente beneficia a
todo el mundo por todo
lo que aporta, entre
ellas lleva más oxígeno
a la sangre, acelera la
circulación sanguínea y
le da más energía a la
persona, pero en el caso
de las personas
confinadas a sillas de
ruedas o con
incapacidades físicas es
doblemente importante
porque el ejercicio le
da flexibilidad y fuerza
a las partes de su
cuerpo que no están
afectadas o impedidas y
eso les permite
manejarse mejor, además
de permitir restablecer
el movimiento disminuido
o dañado por lesiones
del sn.
Es extremadamente
importante que las
personas con
impedimentos físicos
mantengan una rutina de
ejercicios que les
permita mantener el
balance, la coordinación
y la flexibilidad de las
áreas de su cuerpo que
todavía están en buen
estado.
Si están confinados a
una silla de ruedas
porque no pueden moverse
de la cintura para
abajo, una rutina de
ejercicios le dará
fortaleza y resistencia
a la parte superior y le
ayudará también a
fortalecer su sistema
cardio-respiratorio, lo
cual le permitirá
moverse con más
facilidad y, en sentido
general, mejorar su
calidad de vida".
6- El
ejercicio físico en las
personas diabéticas
El ejercicio físico
mejora la condición de
los pacientes con
diabetes, al igual que
de las personas obesas y
otras que tienen el
síndrome de resistencia
a la insulina. La
mayoría de las personas
obesas o con exceso de
peso corren el riesgo de
desarrollar la diabetes.
Más de la mitad de esas
personas se enfrentan al
peligro de enfermedades
cardiovasculares y
complicaciones como los
ataques cardíacos o
cerebrales.
La mayoría de las
personas obesas tienen
un nivel elevado de
insulina debido a la
resistencia de su cuerpo
a procesarla. Estos
pacientes, pueden
beneficiarse con el
ejercicio que reduzca el
peso y la presión
sanguínea, les ayude a
mantener el peso, y
reduzca su resistencia a
la insulina y los
niveles de ésta en la
sangre.
El ejercicio reduce el
nivel del antígeno
PAI-1, cuya presencia en
niveles elevados se ha
observado en los
pacientes que tienen
resistencia a la
insulina, aun cuando
todavía no hayan
desarrollado diabetes.
El antígeno PAI-1 reduce
la capacidad del
organismo para disolver
los coágulos en la
sangre.
7-
El ejercicio físico en
la tercera edad.
El grupo de la tercera
edad está conformado por
personas mayores de 65
años. Los pacientes
mayores de 65 años
presentan diferentes
cambios biológicos,
psicológicos y sociales,
fundamentales para el
entendimiento de la
declinación de su
capacidad funcional y la
disminución de la
resistencia al estrés y
a las enfermedades.
El objetivo es lograr
que la persona mayor
logre mantener más
independencia por más
tiempo, con mejor
capacidad funcional. Es
decir, mantener la
destreza en la
movilidad, lo que
involucra varios
sistemas, como el
corazón, pulmones,
músculos, articulaciones
(como rodillas y
hombros). Dentro de los
diferentes sistemas
comprometidos en la
declinación orgánica
generada por la vejez se
encuentra el corazón y
los vasos sanguíneos, el
sistema respiratorio,
sistema nervioso, el
sistema
musculoesquelético y el
sistema endocrinológico.
La respuesta al
ejercicio se verá
evidenciado en el
sistema cardiovascular.
Después de un
entrenamiento planeado y
realizado en forma
adecuada la frecuencia
cardiaca, es decir el
número de contracciones
del corazón por minuto,
disminuye. La tensión
arterial tiene también
tendencia a bajar. El
organismo optimiza la
utilización de oxígeno,
mejorando la actividad
física para ejercicios
como el caminar, correr,
nadar entre otras.
El llevar a cabo una
actividad física con
cierta regularidad y con
una intensidad
determinada puede
retardar el deterioro
del sistema nervioso
encargado de recibir,
transportar y organizar
los mensajes
respondiendo a
determinados estímulos.
Tal es el caso de
tropezar contra un
obstáculo, donde los
estímulos generados
emiten una respuesta
evitando la caída. En
los ancianos ese tipo de
respuestas es demorada,
lo que permite en muchos
casos caídas y traumas
al no generarse una
respuesta en el tiempo
necesario.
El ejercicio aporta
además, entre otros
beneficios, la
disminución de la
percepción del dolor, de
la ansiedad y mejora la
capacidad de
concentración y
atención. El
acondicionamiento
físico, disminuye la
grasa corporal y aumenta
la masa muscular.
También mejora el
metabolismo de los
azúcares y grasas.
Algunos estudios han
demostrado que las
actividades como el
caminar, trotar, montar
bicicleta, favorecen
el aumento de la masa
ósea en los ancianos y
en casos de osteoporosis
senil . Además el
anciano que participa en
actividades físicas con
cierta regularidad,
mejora su sensación de
bienestar y la
percepción de mayor
movilidad. La actividad
física que más
beneficios trae a la
población anciana y le
genera menos lesión e
incapacidad, son los
ejercicios como el
caminar, montar
bicicleta, las danzas y
la natación. Se debe
considerar que el montar
bicicleta produce una
mayor subida de tensión
arterial que el caminar. |